Wednesday, February 8, 2012


La iglesia portátil fue concebida como un libro:  un tratado que nos ayuda a entender mejor a la iglesia por medio de las metáforas del monumento, la veleta y la brújula, a fin de poder disminuir la disonancia que muchos sentimos entre nuestra experiencia de la iglesia y lo que creemos que la iglesia debería ser.

Pero La iglesia portátil también fue concebida como una conversación en la que yo y mis amigos compartimos experiencias y pensamientos.

En los últimos años estas conversaciones han cambiado de sitio, desde el internet a un instituto para líderes juveniles llamado Instituto Especialidades Juveniles (IEJ). Durante tres años con mi esposo Tim trabajamos en el IEJ en Buenos Aires, Argentina como directores espirituales de 118 “aprendices” provenientes de doce países y una gama amplia de denominaciones.

Las conversaciones con ellos me han dejado con ganas de retomar la conversación escrita por dos motivos:

1) La materia que enseño llamado Misionologia saca a la luz la pobreza de nuestro entendimiento de los propósitos de Dios en el mundo y en nuestras vidas. Muchas veces intentamos responder la pregunta ¿Qué debo hacer? sin antes tener en claro que es lo que El quiere lograr. La materia ha evolucionado a lo largo de los años y quisiera registrar los pensamientos.

2) Cada vez me quedo más convencida del valor de las metáforas originales y de cómo el tipo de iglesia determina el perfil del líder que buscan. No me interesa formar líderes para que ellos mantengan una estructura eclesiástica (un monumento) o sigan el corriente religioso más actual y popular (la veleta). Me interesa ser compañera de viaje de gente para la cual la iglesia es una brújula y me interesa ampliar me entendimiento del liderazgo para estas comunidades.

Si te interesa participar en la conversación, un buen primer paso es leer el texto de La iglesia portátil. Puedes leerlo en el blog o en PDF

Hasta pronto....